TikTok se encuentra nuevamente en el ojo del huracán luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos respaldara la prohibición de la aplicación en el país, salvo que su empresa matriz, ByteDance, concrete su venta. Esta resolución, que entrará en vigor el domingo, refleja la preocupación de las autoridades por los riesgos que la plataforma representa para la seguridad nacional.
El gobierno estadounidense ha señalado reiteradamente que TikTok podría ser utilizado por China para acceder a datos de usuarios o manipular contenidos. Por ello, en abril, el Congreso aprobó una legislación que prohíbe su distribución en las principales tiendas de aplicaciones y limita los servicios de alojamiento en internet que la mantendrían operativa.
Aunque los usuarios actuales podrán conservar la aplicación instalada, los nuevos usuarios no tendrán acceso a ella, y las actualizaciones quedarán suspendidas, un escenario que la llevará a la obsolescencia gradual.
La decisión llega en un contexto político peculiar, con el final del mandato de Joe Biden y la inminente toma de posesión de Donald Trump. El presidente electo ha manifestado interés en negociar una solución para evitar la prohibición, marcando un contraste con su postura durante su primer mandato, cuando también buscó vetar la plataforma.
Con más de 14 millones de seguidores en TikTok, Trump ha destacado el papel de la aplicación como una herramienta de conexión con los votantes jóvenes, pese a las críticas de algunos de sus correligionarios republicanos hacia ByteDance.
La ley contempla una posible prórroga de 90 días si se logran avances significativos en la venta de TikTok antes de su entrada en vigor. Sin embargo, las autoridades no han aclarado si una negociación posterior podría activar esta extensión.
TikTok, una plataforma con 170 millones de usuarios en Estados Unidos, enfrenta así un futuro incierto, mientras el debate entre libertad de expresión y seguridad nacional sigue acaparando titulares.
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